http://www.farodevigo.es/cartas/2018/05/10/luchar/1888458.html
Poder, querer, luchar por superarnos a nosotros mismos
es cada vez algo más infrecuente: luchar
por una ilusión, por un reto, por dar lo mejor de nosotros mismos, está al
alcance de casi todo el mundo. Sí, es cierto que hay personas que tal vez
nazcan tocadas por la barita de la excepcionalidad que les otorga o les despoja
de algún don. Pero el resto de nosotros nos definimos por los valores que
perseguimos y por el empeño que ponemos para conseguirlos. En este sentido he
tenido la suerte de que en la vida de mi hija se haya cruzado José Antonio, un
excepcional profesor, que en estos últimos días previos a su merecida
jubilación después de toda una vida ejerciendo mucho más que la docencia sigue
tratando de conseguir que sus alumnos
crean en sí mismos, que crean que ser mejor persona no es una estupidez pasada
de moda, que crean que derrochar una vida siendo un mero espectador de tu
propia existencia es un lujo que nadie se debiera permitir.
No será
fácil recoger este testigo, al igual que tampoco lo será borrar su huella en
cada uno de sus alumnos. No obstante puedo afirmar que al menos en el colegio
de mi hija no es un caso aislado, como a buen seguro no lo será en la mayoría
de los centros educativos.
Querer,
poder, luchar es el legado que nos deja José Antonio: conseguir que alguien
quiera luchar por sus sueños es casi tan difícil como hacerles creer que lo
pueden conseguir. Yo puedo dar fe de que lo ha logrado.
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