http://www.farodevigo.es/cartas/2017/01/23/certeza-equivocacion/1609624.html
Desearía tener la
certeza de la equivocación, la desilusión de una ilusión, las lágrimas de una
sonrisa. Pero, sobre todo, ser ignorante de un futuro escrito por el pasado.
Quiero; deseo; ansío son palabras que los días, los periódicos y los
informativos me van robando hasta rendirme a la comodidad de la mansedumbre,
convirtiéndome en un engranaje servil que engrasa la maquinaria de la
desigualdad confiado a que el infortunio, cuando pase a mi lado, mire a otro: a
alguien que tenga menos que perder que yo, a alguien lejano y desconocido por
el cual sólo sienta el dolor de una imagen en un telediario a la hora de la
comida, redimiéndome con alguna exclamación fruto del terror por la posibilidad de que el infortunio me
termine encontrando a mi también al otro lado de la pantalla, más que por un sentimiento
real ya olvidado en el determinismo de la resignación.
Las luces se han apagado y en las calles ya sólo queda el
creciente rastro de indigentes escapando del frío de nuestra indiferencia, no
vaya a ser que un ¨buenos días¨ nos contagie el virus de los olvidados por el
dinero, por los que algún día fueron los suyos, por los que pasamos sin
mirarlos como si nada estuviese ocurriendo. Al fin y al cabo eso sólo le pasa a
los demás…
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