domingo, 19 de febrero de 2017

UN BANCO MUY POPULAR ( DIARIO DE ALHAURIN )


Nuestros actos nos definen tanto como nuestras promesas. Yeso debía pensar Victor sentado en un banco diseñando cada mínimo detalle de lo que terminaría siendo un buen negocio. Tanto confiaba en su idea que llegaría a firmar, junto con los que había elegido como sus socios en este proyecto tan lucrativo, una póliza de afianzamiento. Los años llegaron junto con las ganancias esperadas, pero igual que entraban desaparecía por arte de magia, hasta que Victor comunicó al banco que no continuaría avalando operaciones posteriores a ese burofax. Para su sorpresa aquella carta y otras posteriores nunca le llegarían a constar al banco a pesar de los resguardo de recepción del mismo. Poco tiempo más tarde sus socios, incapaces de gestionar lo que no habían creado, lo fueron vendiendo a espaldas de Victor, hasta recibir un día una notificación en la que se le reclamaba el abono de los créditos impagados por la sociedad. Él respondió al banco que podría reflotar el negocio si se lo vendían pero, sus queridos socios se llevaban demasiado bien con aquel banco y demasiado mal con él como para permitírselo. Y, entonces para su sorpresa pudo ver como una hermana de un trabajador de esa entidad financiera se hacía con todo aquello en lo que había soñado sentando en un banco y por lo que había dejado todo en su vida. Seis años después descubriría que inexplicablemente seguía avalando a una sociedad que ya no era a suya. Nuevamente envió un burofax poniendo en conocimiento dicha situación y, nuevamente le dijeron que no les constaba ningún documento que demostrase que estaba liberado de sus cargas. Pero, esta vez sí, esta, lo pudo demostrar.
Ahora, Victor, sentado en un banco piensa en todos los perjuicios ocasionados, en los créditos no concedidos…Piensa en lo ilusorio de un banco popular; piensa en el pueblo honrado, trabajador: ése, que intenta pagar sus deudas por excesivas que hayan sido. Y al mismo tiempo, piensa que los bancos igualmente deben pagar sus deudas por excesivas que estas también hayan podido ser.  
La gente siempre debe ser digna de los bancos ¿Pero, son los bancos dignos de la gente?


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